En el momento sentí la necesidad de levantarme, no sé muy bien a donde, solo escapar de esa situación horrible pero ocurrió lo peor. Mi estómago se retorció y unas ganas irremediables de vomitar así que me tapé la boca y fui en dirección al baño. Una vez allí eché todo lo que tenía dentro y me quedé apoyada contra la bañera mientras me caían las lágrimas. No sé por qué lloraba, supongo que sería la vergüenza. Entonces escuché que alguien abría la puerta, era Javi y se me acercó despacito.
-¿Necesitas ayuda enana?
-No, por favor, vete.
-No voy a irme, estás toda manchada y tienes mala cara- Cogió un poco de papel higiénico y me limpió toda con una delicadeza que me avergonzó a un más-No te lo vas a creer pero antes de que te levantases pensé que te me estabas insinuando, ¡Qué tontería! ¿no?- Su risa me hizo sentir lo peor, lo más rastrero y pensé que era el momento para irse tenía muchas cosas en las que pensar.
-Pues sí,¿no? Si somos casi tan primos como Inés y tú,¿no?-Era imposible creerme, ni yo me creía a mí misma.
-Es que…no me dio tiempo a contarte el por qué de mi felicidad. Tengo pareja, una chica estupenda con la que hice el año hace un par de semanas, es bajita como tú y la mejor persona que he conocido. Te lo digo a ti porque confío en ti, es la persona que siempre he buscado, me hace inmensamente feliz. Tienes que conocerla, te va a encantar.-No sé si fue la ``gran´´ noticia pero otra arcada me atravesó y rápidamente me coloqué en el váter. Me ardía la garganta pero después del gran ridículo y la inesperada noticia no lo sentía, me dolía algo mucho más.
-Me alegro,¿Puedes llamar a Inés, por favor Javi?
-Sí, claro
Inés vino rápido y se agachó a mi lado con una sonrisa cómplice.
-Tía, te has pasado, no crees que para ser una noche tranquila de peli y pizza , ¿la borrachera sobraba?
-Inés, sobraba la historia de tu prima pesada y la peli cutre, mi borrachera fue una consecuencia inevitable.
-¿Y lo de Javi?
-Me encontraba mal, quise decírselo y por eso me apoyé en él cuando empezaron las arcadas pero me malinterpretó.
-Lo siento, yo también pensé mal.
-Cielo, me acercas a casa, no me encuentro bien y necesito dormir.
-Sí claro.
Una vez que vomité me encontré muchísimo mejor y el camino a casa fue menos duro de lo que esperaba. Al llegar Inés se mostró amable.
-¿Quieres que te lleve hasta tu habitación? ¿Puedo echarte una mano para cambiarte?
-No, en cuanto llegue me tiro en la cama y duermo así, necesito estar sola.
-¿Por?
-Nana, no hay problema, solo es que no me encuentro del todo bien.
-Bueno, mañana te paso a ver, mejórate cielo.
-Gracias.
Me tiré en la cama vestida y me sentí vacía y estúpida. Era una niñata y creí volver al cuerpo de enana de catorce años que deja a sus novios por mensaje de móvil y no regala sus besos salvo creencia de tener delante a un príncipe azul. Javi había crecido a mi lado, había sido un compañero con el siempre me identifiqué, prácticamente le salieron los dientes conmigo (bueno, a él un poco antes).Y ahora yo era una adolescente atrasada con las hormonas descontroladas y mucho mono de cama. ¿Y él? Él se había convertido en todo lo que yo no era, una persona adulta con una vida, una pareja estable y además, sabía distinguir una verdadera amistad de un compañero de cama. Podía haber cometido este error con millones de chicos y no me habría humillado tanto, pero yo a él le quería. Una chica decente sabe distinguir amigos, conocidos, novios, familia y chicos de cama, yo había perdido esa capacidad. No quería levantarme más, no podía mirar a Javi nunca más a la cara.
No hay comentarios:
Publicar un comentario