-¡Perfecto! Dios mío, ¿Cuánto tiempo hace que no veo a Javi?
-Buf, muchísimo, seguro que te va a ayudar verle y a él le va a encantar volver a saber de ti-Así como mantengo el contacto con viejos amigos y conocidos vía internet con Javi es diferente. Él me impone más que cualquier otro chico aunque nuestra relación sea estrecha, y nunca he dado el paso de ofrecerle mi email o teléfono. En el fondo, ambos creemos que lo que tenemos es genial y nos llega.
-¿Hacemos algo? Voy a casa a cambiarme, mientras tú esperas a tus primos en casa y luego me reúno con vosotros.
-¡Perfecto!
Corría hacia casa como una loca, solo quería llegar y no podía dejar de recordar cada una de las faldas, de los vestidos, de las camisetas que podía lucir para estar espléndida. Puedo decir que cuando llegué ya estaba vestida en mi mente.
Una vez en la ducha me relajé, me senté en la bañera mientras el agua caía sobre mis hombros y me puse a escribir con los dedos en el vaho: ``Te quiero´´, ``Love´´,``Amor´´…¡Que falsas sonaban esas palabras salidas de mí!¡Para qué nos vamos a engañar! Me encantaría escribirlas con sinceridad, tener la estupidez suficiente como para escribir en un folio en blanco pensativa corazones y palabras de amor. Supongo que hay que estar preparada para sentir o que podría empezar por quererme un poquito para poder practicarlo con los demás. Odio la sensación de que todo está en paz y que ningún problema podría acercarse a tocarme, la odio porque es mentira, es una simple máscara. Allí sentada, calentita y cómoda parecía que el mundo se había parado pero no, Isaac estaría en su casa planeando un nuevo post-it que me sacase el sueño y yo, pensando en nada y en todo.
Al pensar en su nombre, me levanté, me aclaré el pelo a cámara rápida y salí de la ducha autoinsultandome por mi gran virtud para perder el tiempo en ensoñaciones inútiles.
Escogí un vestidito negro con detalles en puntilla y un escote de infarto. Infarto, el que pensé que le daría a Javi al verme y del cual pensaba despertarle con un buen boca-boca.
Me despedí de papá y ya maquillada y con el pelo recién alisado salí hacia casa de Inés. Mientras cruzaba la calle pensaba en el rostro de Javi, en el que tenía la última vez que le vi, el que tanto me gustaba.
Llamé nerviosa al timbre y conté los segundos hasta que la puerta se abrió. Más alto, con otro corte de pelo y con perilla apareció Javi que con la sonrisa más maravillosa que jamás he visto gritó:
-¿Dónde está mi enana preferida?
Odio cualquier alusión a mi estatura, en otra situación habría estallado de rabia, pero no era el momento, simplemente me reí y me lancé a sus brazos. Me dio un abrazo eterno y cálido,así pude sentí su olor a hombre, sí sí, a hombre. Entonces cortó nuestro abrazo, me puso frente a él, me agarro la cara, me besó la frente y me dijo:
-Chica, no sé qué haces pero cada vez que te veo estás más guapa.
En ese momento, cuando tenía a todas mis neuronas buscando a la vez una respuesta ingeniosa, apareció Inés.
-Bueno, veo que me he perdido el reencuentro, aunque puedo imaginarlo. Supongo que te habrá quedado algún beso para saludar a Ana, ¿no?
-¿Cómo no?-Le dí dos besos con la mirada fija en Javi, era tan increíble. Sé que parezco estúpida con mi escaso repertorio de calificativos pero no se puede definir, hay que vivirlo.
-Pasemos, pues. Tengo unas pizzas preparadas, unas cervezas en la nevera y una peli de miedo en el DVD.
-¡Eso pinta bien!-Javi sonaba sincero, se le veía tan feliz.
Nos sentamos en el sofá y empezamos a comer, la idea era poner la peli pero no fue posible, Ana lo acababa de dejar con su novio y nos contó la historia tan detallada que podríamos reconstruirla. Me aburrí hasta un límite indescriptible y bebí, bebí muchísimo mientras me perdía en cada rasgo del rostro perfecto de Javi, la historia de Ana era un sonido monótono que ya casi no escuchaba.
Inés pidió que alguien se levantase y encendiese el DVD, yo tenía tantas ganas de empezar a ver la peli sentada al ladito de Javi que me levanté como un rayo hacía el botón. En cuanto me puse de pie noté que la habitación tenía un movimiento extraño y perdí el equilibrio. Javi se levanto y me sujetó con cuidado.
-Oye, si sigues a esa velocidad con la cerveza, tendremos que ir a buscar un barril para acabar la peli.
Intenté reírme pero la cabeza me dolía y no me sentía del todo bien.
-Anda, siéntate aquí, te voy a tener vigilada que si no te descontrolas.
Me salí con la mía supongo y aunque no me sentía del todo bien, estaba a su lado y bajo su atenta mirada.
La película era cutre, los típicos adolescentes que estrellan su coche en un lugar remoto donde unos cuantos monstruitos comen chicos después de cortarlos en cachitos pequeños. Era horrible, todos bebían y de vez en cuanto bromeaban para romper el ambiente de profundo aburrimiento. Hacía un rato que mi nivel de alcoholemia no me permitía hacer bromas ingeniosas y decidí callarme.
Dos adolescentes que acababan de ver como cortaban a su mejor amiga se desnudaban con pasión, ¡lo sé, es estúpido! Pero a mí se me estaban revolucionando las hormonas y con dulzura le acaricié la cara y el cuello a Javi. Él me sonrió discretamente y me besó en el pelo. Yo, insistente, le metí la mano debajo de la camiseta con intención de provocarle pero ocurrió lo inesperado.
-¿Qué haces?- Su cara lo dijo todo, me había equivocado en algo, y mucho.
Me encanta,sigue teniendo interés e intriga.biquiños.
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